miércoles, 20 de septiembre de 2006

Seguimos intentando

Cursos varios, responsabilidades profesionales, virus indescriptibles, y anorexia de voluntad. Proyectos, proyectos, varios, uno más otro se suceden y evidentemente hay como un algo interior que ni Osho, a quién no leí nunca y no tengo ganas, me saca esa cosa de frustación abajo fracaso arriba por favor, sí en cucurucho, gracias.

Sin embargo a mitad de cualquier situación, sea subte B o A, colectivo 60 en viaje a San isidro, o ruta con destino Rosario, me asalta una tranquilidad pasmosa, de sucedimiento mágico, del que sé que no es cierto y, dale, que vale mi positivismo. Lo veo todo taaaaan claro que, plaf. Se fué, no nos quedó.

Ni escribo a los amigos que están afuera ni a los que están acá.
Cómo qué ya querés cambiar de laburo? Y si realmente les digo que no quiero labuarar ? Se me mueren en los brazos. A ver si se tienen que ocupar de mi, eh? Ojito che. Como se llama el psiquiatra de Clarín que escribió sobre unas cosas que hacen falta en el cerebro en el sector de la voluntad?
Yo vengo en falta con eso...

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