viernes, 3 de octubre de 2008

Las mujeres tomamos vino tinto.

La década del 60/70 ofrecía unos tiernos spots televisivos de escarpines y vino de mesa, mujeres bonitas y pulposas (siempre vendemos eh?), la revolución cultural del vino en caja, jingles pegajosos y simpáticos, chicos con alpargatas y boina de origen italiano que trabajaban en la vendimia argentina (hoy sería politicamente incorrecto como tantas otras cosas).
El consumo era de 80 litros al año per cápita, hoy llegamos a los 25, botella más botella menos. También sabemos que los vinos de mesa que se consumían no eran de una calidad que te hicieran temblar el paladar o el bolsillo.
Arrancamos los 80 con timidez de nuevas opciones. Calidad absoluta de nuevas cepas, iniciaba el camino el hoy emblemático malbec. De a poco.

Y a nosotras las mujeres, habrá sido la falta de educación, las frases que se repiten de generación en generación como estigmas catedráticos grabados con cincel en el mármol de las mentes ( si mezclás se te sube enseguida a la cabeza; el vino con sandía descompone; y así lo que se me ocurra y hoy hay peores y no solamente sobre este tema y me da terror y me enoja), y retomo, a nosotras las mujeres nos iniciaban en esto de la uva con vinos blancos. Vino de mujeres. Pocas marcas que hicieron huella sin campañas de marketing. Es lo que hay.
Y creo que la mayoría de nosotras internamente suspiraría por esas copas con tintos brillante rubí, aunque también la oferta era bastante acotada, mientras sonreíamos estúpidamente para la foto de chica perfecta. Madre de tus hijos. Lirios blancos. Ay Misericordia!
Y nos dimos cuenta.
No sé cuándo ni cómo. No hubo un target determinado, un segmento de edades, de profesiones. Si solas o acompañadas. Si por imitación. Por bravuconas, por jodidas y reventadas. Si porque la pizza con espumante no nos pasaba; aún.
Avanzamos a pedir el plato y el vino ya que también sacamos la billetera. Espacios vitales. Sorry boys. Y de feminista nada. Bueno sí, quizás algunas cosas, a ver, en otro momento.

Malbec, cabernet sauvignon, syrah, barbera, viognier, varietales, genéricos. Tintos. Tintos con cuerpo, y pienso en abs marcados. Tintos sedosos, cálidos, aterciopelados. Para invierno y verano. Y pensamos en lo que queremos. Y colores rojos, bordó intenso y violáceos increíbles. Y hacemos cursos, vamos a degustaciones, leemos y compramos. Comparamos sensaciones. Subjetividad en la máxima expresión. Disfrutando.

Y sí. Las mujeres tomamos vino tinto. Y me encanta. Como a Carrie los Manolo Blahnik o Jimmy Choos.
Y nosotras en Argentina en este temario, que placer! Una buena tenía que tener por favor.
Y el vino acompañará este enfriamiento económico que recién cominenza.
Me voy a entrenar en saber .

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