lunes, 23 de abril de 2007

Competencia amorosa


Se conocieron en el trabajo. Dos chicas, misma edad. Una morocha de pelo lacio casada; la otra de pelo castaño, soltera desesperada. Dentro de la oficina tenían las mismas funciones, Paula, la solterita, hacía un par de años que estaba en la empresa. Ventaja. Conocerse, reconocerse, medirse, amarse y criticarse hasta la ignorancia, fue para ambas instantáneo. Paula sacaba a relucir su antigüedad, la otra su garra de nueva.



Pasó el tiempo, formaron parte del mismo equipo de trabajo. Mariana, la casada, se separó, tuvo una historia de amantes, el marido la dejó por otra. Paula, ganadora, encontró novio, planificó casamiento en zona norte, luna de miel en Brasil y departamentoto de tres ambientes. Propietaria. Hijo: segundo semestre. Paula volvía a estar con ventaja. Mariana no paraba de sacar pañuelitos de papel, moquear y desear que su vida cambiara. Su departamentito alquilado en el sur de la ciudad, la plata no alcanza, le gusta la ropa, los zapatos, las carteras. Como a Paula. Paula le muestra como gasta, como esconde las bolsas de compras en la entrada de la oficina, en seguridad. Como llega antes al departamentoto que comparte con su novio para que no se entere del gasto. Uso, abuso y costumbre.



Mariana, que tenía un caudal de voluntad increíble en modificar su vida, lo logra.


Desde el momento que le presentaron a Damián, farmacéutico, soltero, vive solo en zona norte, auto, comenzó a planificar su vida en el corto plazo. En el momento que se le venciera el contrato, faltaba un año aproximadamente, ella debía estar instalada en la casa de Damián. Su cambio le permitirá tener una relación ingreso/gasto mas que aceptable y desafiar a Paula en que su vida de casada y sus planes, no tenía nada para envidiarle. La competencia era de una ferocidad tal, que sus compañeros, asombrados de la actitud de esta dos dos mujeres, entre chistes, groserías varias y comentarios, hacían apuestas sobre el desarrollo de las historias y los logros de los objetivos.



Paula se casó. Todo lo previsto se cumplió al pie de la letra. Todo. Vestido de diseñador, fiesta en club náutico, vistió a la madre, padre y hermana: Brasil, hijo a encargar en forma inmediata y a comprar el departamento de tres ambientes al regreso. No hay que esperar nada. No desperdiciar tiempo. Ya ni se dirigía la palabra con Mariana. No la invitó.



Mariana se mudó con Damián. A zona norte. Damián se compró un 307, le dió el 206 a Mariana. Así.



La competencia continúa. Paula quedó muy herida con el lugar de la nueva vivienda de Mariana y el auto. Golpe bajo. Verla llegar a la empresa le produce taquicardia.



Hablando con cada una de ellas se reconocen tan diferentes. Se preguntan como pudieron ser amigas.



Son iguales. Descarnadamente iguales.




5 comentarios:

Seoman dijo...

Son tan diferentes que las penurias de una complementan las de la otra. Por eso son amigas y se complementan tan bien. Alguna de ellas eres tu?
Saludos

CB dijo...

Para nada. Tengo otros valores y parámetros para mi vida.

Anónimo dijo...

Una historia muy breve pero interesante. Me gusto mucho el estilo fragmentado pero con muchas capas de tu relato tan enigmático.

Diva dijo...

jajjaja, que bueno. me encanto

Anónimo dijo...

Genial tu blog, besotes amiga