Así no...

Fuí a buscar la biblioteca y mi mueble bar art decó, circa 1930, los 300 ceniceros de mi colección internacional, y los dos mil libros al departamento que vendí para traer lo último que allí quedaba a mi nueva morada.

Haciéndome la "yolopuedotodoquétepasaqueparíunhijoypuedo",me hice cargo del traslado de los mencionados muebles.
A las 10 de la mañana puntual, llegaron los del flete; subió el tipito peón, el chofer lo pasa bomba sentadito esperando en la camioneta. Yo ya había sacado al pasillo, un canasto lleno de libros, que había ido a buscar a las 9 de la mañana y lo llevé caminando, 45 bolsas de diversos tamaños con los susodichos ceniceros, libros y varios, el barcete sobre una alfombra para no rayar el piso, y la biblioteca de madera en serio.
Ya estaba un poquito cansada. Cargamos muebles y bolsas en el ascensor y la biblioteca me la bajé con el señor tipito peón por la escalera. Nueve pisos nueve! Es una experiencia divina; divina porque creo que entre la falta de aire y los latidos del corazón veía angelitos y nubes; con ésto, salvo el paisaje circundante que eran las escaleras del edificio, hice una onda trekking bajada del Urritorco, o algo un poquito más alto y arriesgado, cargando con cuatro nenes de tres años en cada brazo, del tipo regordetes, bien alimentados a quaker y polenta.
Se subió todo material a la camioneta, arrancamos para el new address comentando con el chofer los temas varios del día: policiales, políticos etc., y llegamos.

Me trepé a la caja del camión y entré a acercar todas las cosas hacia el borde mientras el chofer se dignó a ayudar al tipito peón a dejar los muebles en el hall del edificio. Cargamos el ascensor, y obvio la estúpida del 4 piso tenía que subir justo en ese momento, y yo pensé mami hacete un poco de gym y agarrá las escaleras, pero nada la tipa creída que debe tener los glúteos y piernas de la Jessica Cirio, y se trepó al ascensor cargado nomás. Me encanta la solidaridad de todos.
Descargué en el pasillo del 8tavo, bajé, y subí heroicamente la biblioteca con el tipito peón los ocho pisos. Ahora trekking de subida, las piernas y brazos con una sensación de hormigueo y adrenalina a las que no están acostumbrados Si me llegó a mudar nuevamente, Dios no lo permita, voy a un PH en planta baja y ahí se me fué un principio al corno.
O dejo todo y que sea todo nuevo y descartable.
Es que tengo en mi haber 10 mudanzas.
Cuando se terminó esta odisea, para mí del tipo que hará Marley, nada más que es en nuestra porteña ciudad, cerré la puerta, aún temblequeando, me tomé TODA la coca light, que no me gusta ver si me volvía algo al cuerpo; el alma , el espíritu o el aliento. Las piernas y los brazos me quedaron temblando como un budín de gelatina. Despedí al flete pagando 50 pesines, le di coca también al tipito peón, y me dediqué a pasar cera a los dos muebles para que se taparan los rayones que tenían.
Tengo las uñas como si fueran de jabalí, las manos resecas como el cuero de cabra mojado al sol y me duele la cabeza. El resto del cuerpo no lo siento.
Es eso, no lo siento. Debe estar gangrenándose internamente.
Soy rubia, simpática, cool, de buen humor, flaca de 1,78; por qué estas cosas me suceden y me tengo que hacer cargo a lo machitomíobienmachote en vez de estar en un spa?