martes, 12 de junio de 2007

Perú 5


Situación: Bajamos de Machu Pichu a Aguas Calientes y decidimos buscar los trajes de baño y dirigirnos a las Termas.

Las termas, las termas. Después de caminar y trepar por tantas escaleras, montañas y ruinas, nos iba a venir muy bien retozar en las aguas termales. Seguía muy nublado, con una llovizna molesta. Desde la plaza de Aguas Calientes, se va caminando a las piletas. Alquilamos por un sol una toalla (sin comentarios), elegí el color azul porque es más sufrido, no teníamos hawaianas, y teníamos mucho entusiasmo. Por la callecita que se dirige a las termas hay bares, restaurantes, muy lindos, de todo tipo y con ofrecimiento de bajar cualquier precio publicado. Nos prometimos, de vuelta, la degustación de tragos: 3 por 10 soles.
Basta de suspenso. En el medio de una montaña, con vegetación selvática, el imperioso río cruzando y acompañando el camino con fuerza imponente, aparecen unas piletas, azulejadas, con agua color marrón. Y un humito que salía de las mismas. Adelante mis valientes!, citando textual dichos de conductores varios del Gran Hermano, dejamos las mochilas en el guarda tutti, entramos a los vestuarios, mallas on, y salimos al exterior a la prueba. En ese mismo instante el cielo estalló en una lluvia torrencial. Torrencial: No veías tu mano enfrente, se entiende. Fría la lluvia a más no poder. Nos tiramos a la primera pileta que nos salió al paso, y el agua marrón estaba calentita. Qué lindo el fondo barroso y lleno de piedritas. Pintoresco. En algún momento pensé que el INTI nos mandaba un castigo divino por no haber caído de rodillas, maravillados, en el Machu Pichu.
La lluvia seguía full blast, picaba sobre los hombros, y había unas duchas cerquita nuestro, donde los que salían de las varias piletas (son 4), sacaban shampoo, jabón y se dedicaban a bañarse con todo. Ahí nomás. Y había duchas en los vestuarios. Los tres estábamos inmóviles contra un costado de la pileta, mientras mi vista de águila detectaba pelos de varias zonas corporales pegados en los azulejos; percibía como los deditos de los pies se hundían en el terapéutico lecho barroso; la nenita odiada que se sacaba los mocos y babeaba, qué graciosa la nena porque no e ahoga, y todo flotaba a escasos centímetros de nuestra posición observadora; la interminable lluvia, y el final, gran esperado final, ver a la mamá de la nena que hacía lo mismo que la hija. Mocos y baba al agua!!!!! Too much. Me transformé en un resorte imparable, y al decir: Sorry chicos esto no es para mí! Salí corriendo del lugar sin mirar para atrás. La única toalla que teníamos estaba empapada por la lluvia, el piso del vestuario estaba todo mojado, asquito asquito, y con un frescor importante, me cambié en un tiempo récord. Y viste que la ropa se te queda toda trabada y mal cuando está, y estás, toda mojada y con el pelo chorreante que yo imaginaba lleno de mocos y baba. Galletita de Salvado y Soy Anoréxico Pero Lo Disimulo batieron tiempos históricos de cambiada y realmente huímos. Destaco, el lugar es muy lindo desde la naturaleza. No lo voy a negar. Bajamos por el caminito y por supuesto la lluvia paró. Elegimos el bar más simpático, estábamos solitos, y nos dedicamos a tomar los tres drinks que nos correspondían por los 10 soles que abonamos, mientras la lluvia se largó otra vez. Las hordas niponas pasaban con mini paraguas multicolores con hawas made in Taiwan originals y toallas rumbo a las termas y terminamos a las 8 de la noche bebidos y decididos a irnos a dormir. A la mañana siguiente, a las seis regresábamos en tren a Cuzco.
Nos quedaba el último paseo con un taxista local que habíamos contratado a través de César, de la agencia de turismo Puma Trekk, a un precio muy económico. Destinos: Sacsayhuaman
, PucaPucara, Marais. Y el último día en Lima para conocer el centro histórico y el barrio chino. Así de ecléctico querer conocer los palacios y conventos de siglo XVII y el barrio chino. Y bueno somos así. Continuará.

1 comentario:

Suray dijo...

Tienes un viaje agradable no eres tú? Bien, una qué compasión, el lugar es lejana de mi país. Niza para satisfacerte. (apesadumbrado si incurro en una equivocación, mi español no es bastante bueno)