lunes, 7 de septiembre de 2009

Presupuesto y cotización

El presupuesto es eso que te pasan en plata, masomenosasídespuéslovemosbien, de algún trabajo de cualquier índole o industria que se quiera realizar. Una definición así al tun tun la anterior, ¿verdad?.
El tema en cuestión que aquí trato por propio derecho es la remodelación del ambiente cocina de nuestro departamento.

La idea original fue cambiando, achicando, mutando, aumentando, anulando, vuelta a empezar, hasta que solicitamos un presupuesto con lo que a nosotros nos parecía que se podía hacer, nuestros queridos amigos arquitectos nos indicaban que no, y el Signore Contratista dijo: Son 2000 pesos.
Conversamos con mi viejito sobre el monto, los extras, y dale cambiemos la cocina ésta pierde gas, y otros dimes y diretes; decidimos romper el chanchito que no estaba en la abundancia precisamente al momento decisivo, no importa, vamos a hacerlo, y señamos el trabajo. Pusimos fecha, por escrito, de comenzar el Lunes 7 de Septiembre de 2009, por la mañana temprano. Antes no porque venía mi Hermana y mi Madre de Salta a visitranos.

Avisé a mis alumnos, conseguí el departamento de la abuela de mi hijo para dar algunas clases por si la pequeña obra de albañilería terminaba siendo Kosovo o la reconstrucción del Coliseo romano. Saqué los adornitos de viajes varios, los portarretratos, tapé todo como si fuera el set de la filmación de la Casa de los Espíritus.
Hoy es el día indicado. Familia despachada de regreso a Salta, cocina con cinta de enmascarar por cuanta hendidura hubiera o hubiese, y llueve. No importa, no es una obra al aire libre. Son las nueve de la mañana, debe ser una linda hora como para romper paredes, sacar marco y puerta, juntar escombros.
Mejor lo llamo, mirá que soy insegura y voy a tener que volver a terapia nomás y no solamente por esto.

Al segundo ring al celular, il Signore Contratista (no es italiano me acuerdo del sketch de Olmedo nada más) me atiende onda zen. Lo saludo con un qué un excelente buen dia tenga usted y tímidamente ( preveía la repuesta como brava pitonisa) le pregunto si estaba viniendo.
-Ah! Buen día, si. ¿ usted quiere que empiece hoy con el trabajo? me dice ISC.
Yo trato de recitar algún mantra que por supuesto no recuerdo; recuerdo insultos en varios idiomas, eso sí, los descarto. Miro las bolas de cristal que cuelgan en el balcón para energizar el ambiente con sus luces reflejo de arco iris ( mi gurú es Analía Franchín ídola ecléctica de la buena onda y buena enregía), que hoy no reflejan porque llueve; trato de recordar dónde quedaron las esferas chinas curativas, me las voy a tener que reventar contra la cabeza y morirme lentamente desangrada mas que aprender a rodarlas y deslizarlas por la manos; inspiro y respondo:
-Si, hoy empezaban. Recuerda cuando señamos usted escribió la fecha, yo le expliqué, (etc., etc.)
-Yo esperaba que usted me llamara un par de días antes.
Pensé si habíamos quedado en eso, recordé que no, más bien si había que llamar por qué corno no lo hizo él o yo era su secretaria agenda asistente, tenés que ir a laburar el lunes mirá que la señora te espera, ¿¡eh?!. No llegó nadie, continuó interrumpiendo mi proceso mental, cuando alguien venga la llamo y arreglamos.
Yo quiero ser buena. Y mucho mucho más buena. Y quiero armonizarme, y no tratar mal a nadie. Ni a los que quiero, ni a los que no quiero, ni a los que estoy por empezar a odiar, como en este caso. Rápida como Tom Cruise en el film Samurai alejo malos pensamientos. Y le respondo que me llame nomás. Fin de la llamada.
Mi viejito, llave en mano (y se debería estar riendo con mi esfuerzo de no gritar y romper medio departamento yo sola), me dice que mejor lo vuelva a llamar y arregle para mañana martes a las 8 de la mañana.
Lo hago; ISC, medio que se ofende,lo percibo; mi tono de voz es muy muy vehemente. Reconozco luego que estoy hermanandome con Carolina Aguirre, escritora que disfruto leer siempre.
Está saliendo el sol. Los cristales reflejan muchos arco iris sobre las paredes blancas.

Voy a ingresar al la web de Claudio María Domínguez.


Om.

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