martes, 22 de septiembre de 2009

Érase una vez el suicidio



No tiene que ver el suicidio con que es Martes, llueve, y of course no vinieron a terminar la bendita reforma de la cocina.
-Sabe que pasa Señora, me dice con ese tonito que recontraodio Il Signore Contratista, con la humedad el enduido no va a secar y le vamos a pintar encima y Usted me va a llamar dentro de unos meses diciendo que quedó mal y en realidad no es mi culpa. Si la culpa es mía quedate bien tranquiloy no te voy a llamar nunca más, pienso mientras mastico la bombilla de metal del mate para no reputearlo en arameo y esperanto porque queda feo, quiero que termine este trabajo de una vez y además lo de los colores y la armonía y querer a la gente me tiene que funcionar. Cosa que parece que no es así ya que mi viejito el Domingo a la hora de la depresión , callado y sin mirarme a los ojos, me mandó un:
-Yo te veo tan nerviosa. No podés dejar pasar un comentario.
Y la verdad no puedo dejar pasar ciertos comentarios que me sacan de cualquier armonía espiritual y eso lo cuento otro día.
Entonces sigo con estar en veremos si el Sábado vienen por fin a pintar y no es que me arruinan el día que justo tenía una suite sin cargo en el Sofitel de Cardales Spa y Brunch incluído.
En Septiembre y con la primavera, y en otras épocas del año también, se suceden hechos de comprobación empírica, como for example: con el polen te da alergia; en la época de la berenjena se te cae el pelo; en verano la pilosidad crece y crece y crece; si se quema una bombita de luz seguro se te empiezan a quemar casi todas; hay un complot de los pares de medias que desaparecen de a una; se puede continuar con trescientos sesenta más cual santoral católico.
Mi hipótesis, que acaba de aportar a la comprobación necesaria para transformar en ley la Srta. Chun, es que hay épocas, no son muy precisas aún y varían según países, en que las cosas de una casa dejan de ser inanimadas y por razones aún desconocidas para mí se suicidan. Sobre todo los componentes de la vajilla como platos, tazas y con especial fruición los vasos y copas.
A mi se me sucidaron dos copas de vino y una taza de café este fin de semana.
A veces se tiran desde el estante del mueble alacena donde están guardadas. Otras veces desde el secaplatos. Se tiran nomás.
A mi viejito el sábado (el es muy descreído de estas cosas) se le suicidó una copa de vino espumante, ¡saltó desde el carrito del super donde estaba prolijamente acomodada junto a otras tres compañeras! Él no lo podía creer. Sola la copa, solita, se lanzó al vació y se reventó contra el piso.
-Ves que pasa. Se suicidan. Solas. Y esto evidencia que no es sólo en casa. Capaz que iba a extrañar… Le dije armónicamente y me perdí en la góndola de los quesos.
Hoy la Srta Chun aporta su experiencia contando en un mail que anoche ¡ tres de las seis copas que sacó del mueble para lavarlas, que iba a usar hoy por la noche cuando nos reunamos a celebrar el aniversario de nacimiento de Pep, se suicidaron en masa!
Es ley. En Septiembre la copas, vasos, platos y tazas se suicidan. ¿Será depresión pre- fiestas navideñas y esas cosas?
Photo: 111.photobucket.com

1 comentario:

Porteños en Ginebra dijo...

Si fuera aca seria porque empieza el otoño, y oscurece mas temprano, y el cielo va a estar gris meses. Pero alla... no, no se me ocurre por que puede ser.