lunes, 12 de marzo de 2007

Mi Buenos Aires Querido!

Regresamos de Perú.
Como aún tengo la cabeza dando vueltas y tres ampollas en los pies que me hacen agradecer al Inti, los voy a enloquecer con esto hasta que me aburra, que sea aún verano acá, porque allá también y llovía llovía: y hacía un frío del tipo 3 grados a las seis de la mañana, que es el horario de cualquier tour, visita o aventura; sencillo, levantate como si fueras a picar piedras a la montaña; horario que aún no llegué a descubrir el motivo, salvo la perversidad de los que estudiaron de guías de turismo y los choferes de los micros/vans/buses de los tours y demás acompañantes.
Y esto seguro pasaba también en los tiempos del Inca. Voto a Pachacuteq. Vieron lo que les voy tirando? Y no saben tooooooodo lo que aprendí.
Así que me voy a preparar y después relataré el viaje. Tips tengo de cualquier clase.
Como adelanto: nos divertimos muchísimo, aprendimos que en internet nada es lo que parece, que si no tenés un peso partido al medio te mandás un viaje espectacular y que si no tenés un peso partido al medio ni vayas ya que los administradores o dueños de los aeropuertos te MATAN con los impuestos.
Así nomás para salir de Lima y regresar con mis pies ampollados y con dolor a mi porteña ciudad, pagamos nada más ni nada menos que U$ 30 por persona de tasa de embarque. No hay palabras. Y pagamos la salida de EZE a U$18, y la salida de Lima a Cusco U$ 6 y la salida de Cusco a Lima U$6 nuevamente. El aeropuerto será muy lindo el impuesto es un robo. Punto.
Y el agua santita mineral sin gas o de la otra de botellita plástica, no se te ocurra en serio la canilla, que va desde 1 sol a 3 en Machu Pichu, era obvio, en el aeropuerto te sale: 2 dólares! No en un bar o cafetería, no. En una store de esas para los turistas como yo. Aún no sé a quien escribir sobre estos asaltos en Perú. Lo voy a hacer. Y beber alcohol es carísimo. Ya les voy a contar del restaurant Alfresco de Miraflores.
Basta. Tengo doscientas mil cosas que hacer: retomar mis lecturas de blogs, revisar mails, avisos inmobiliarios y organizar mi fuente de ingresos que está más seca que el desierto del Sahara.
Por eso creo que cine, diversión y esas cosas no nos quedó por ahora. Seguimos.

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